Tema del aborto debería ser debatido sin prejuicios
El pasado martes se conoció que un grupo de expertos independientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), exhortó al Gobierno de El Salvador a que considere la legislación sobre el aborto. Creemos que ese tema debería ser retomado en el país, sin prejuicios religiosos ni de otro tipo.
Sin duda, el tema fue tratado por las expertas de la ONU, a raíz del sonado caso Beatriz, una joven de 22 años que hace cerca de 60 días pidió amparo ante la Sala de lo Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia, para que en el Hospital de Maternidad le interrumpieran un embarazo, debido a que padece de lupus y otras complicaciones sanitarias.
La Sala, sorpresivamente, rechazó el emparo solicitado por la joven mujer y ordenó, por el contrario, que en el Hospital cuidaran de ella y del producto.
El caso de Beatriz recorrió el mundo, pues, en su momento se pronunció la ONU a favor de la petición de la joven y Amnistía Internacional. Mientras que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos resolvió a favor de la joven y solicitó al Gobierno y a las autoridades de salud proceder para “salvaguardar la vida” de la madre.
Es decir, la Comisión Interamericana estaba solicitando la interrupción del aborto, tal como lo había pedido Beatriz. Obviamente, la interrupción del embarazo no fue necesaria, porque Beatriz presentó el martes contracciones de parto.
La señora Ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, informó que la cesárea fue un éxito, tras agradecer el oportuno y la adecuada labor de los médicos.
La ministra aclaró también que si se le hubiera dejado que continuaran “las contracturas, estaba expuesta a una rotura del útero”, lo que hubiese sido fatal y por eso se hizo la cesárea.
La conclusión del embarazo de Beatriz demostró, sin lugar a dudas, que la opinión de los médicos, quienes avalaron desde un principio la interrupción del embarazo, o aborto terapeútico, era correcto, pues, no solo tenía posibilidad de sobrevivir el feto, sino que peligraban la vida de ambas, la madre y la cría. Al final, gracias a la actuación de los médicos y el apoyo total del Ministerio de Salud, la joven madre fue salvada, tal y como lo había solicitado la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos.
Este caso debe obligar a la academia, a los científicos, a los defensores de los Derechos Humanos, a los políticos, al sector Justicia, y al Gobierno, a abrir un debate serio sobre el aborto.
Esto, por su puesto, no debe convertirse, en manera alguna, en una apología al aborto, pero, si no, de la necesidad de discutir y legislar sobre los diferentes tipos de aborto. No es justo, por cierto, que una pobre mujer tenga que purgar 40 años de cárcel, por simples sospechas de que se practicó un aborto.
Hay un par de ejemplos de cómo los médicos y los jueces se equivocaron, al condenar casi de por vida a una mujer que se creía había abortado. Al final, todo fue producto de la negligencia médica y la falta de pericia del togado.
No andemos con doble moral, y hagamos eco de la recomendación de la ONU.
Fuente: diariocolatino.com
Source: Junio 2013