MEO y el aborto terapéutico: "Chile pertenece a un triste club de 7 países que no tienen solución para estas controversias éticas"
En la ocasión, a la que asistieron mujeres líderes de diversas áreas, el presidenciable dio a conocer sus primeros compromisos programáticos en temas de género, entre ellos, su apoyo a la existencia del aborto terapéutico.
«La democracia está en deuda con las mujeres. El carácter conservador de nuestro sistema político ha postergado una serie de reivindicaciones elementales en materia de igualdad de género; por
ejemplo, en lo que respecta a derechos sexuales y reproductivos, a la participación en instancias de decisión política y en el acceso y condiciones de trabajo», señaló el candidato.
Tras anunciar que el programa de género se dará a conocer en los próximos días, Enríquez-Ominami se comprometió con cinco medidas que implementará en su eventual gobierno.
«Proponemos establecer una cuota mínima del 30% de mujeres para cargos de representación popular incluido el gobierno para llegar progresivamente al nivel de paridad del 50%; fiscalizar y asegurar el acceso a métodos anticonceptivos en todos los consultorios del país; y asegurar una atención adecuada, oportuna, humanizada y confidencial en caso de embarazo juvenil», anunció Enríquez-Ominami.
En cuarto lugar, el candidato señaló: «Proponemos reponer la norma que autoriza el aborto terapéutico o por razones de salud. Este es un compromiso explícito y abierto a la ley de aborto terapéutico. Hemos dicho varias veces que Belén, esta niña violada por el padrastro, no debió haber sido madre. Chile pertenece a un triste club de 7 países que no tienen solución para estas controversias éticas como la violación o el embarazo anencefálico, embarazo en el hay riesgo en la vida del niño al nacer y de la madre. Son condiciones que consideramos son el piso de la discusión».
Finalmente, el abanderado del Partido Progresista se comprometió con «ratificar el Protocolo CEDAW (Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer) que está a la espera desde 2004. Este protocolo supone que Chile cumpla con una serie de compromisos internacionales muy superiores a los estándares nacionales en materia de igualdad de género, lo que ni Michelle Bachelet ni Sebastián Piñera hicieron».
Karen Doggenweiler, quien también participó del encuentro, señaló: «El diagnóstico que he podido hacer en este recorrido por Chile es que veo a mujeres cansadas por una doble e incuso una triple jornada de trabajo, intentando buscar oportunidades. En el trabajo las mujeres reciben menos sueldo por la misma labor que desarrolla un hombre. Llega el momento de la jubilación, después de muchos años de trabajo y las pensiones son miserables y, ciertamente, en Chile la vejez está siendo más femenina, ya que jubilamos antes y vivimos más años que los hombres».
Claudia Dides, de Miles Chile, enfatizó: «La democracia chilena tiene muchas deudas con las mujeres. El embarazo adolescente sigue creciendo, sobre todo en los sectores más vulnerables, lo mismo las enfermedades de transmisión sexual. Quiero agradecer a Marco y a este partido, que ha sido uno de los pocos –por no decir el único–, que se ha puesto con los derechos sexuales y reproductivos femeninos».
Consultado una vez más sobre los actos de conmemoración del 11 de septiembre, y en particular sobre el que organiza el Gobierno, Enríquez-Ominami concluyó: «La ceremonia no tiene ánimo reparatorio, ni de verdad, ni de justicia. Lo que quiero destacar es que el Presidente ha hecho algo interesante, que es singularizar a los jueces y los medios de comunicación. Llevan 24 años en estas ceremonias que no han aportado a la justicia y la verdad. Por lo mismo, no nos sumamos a esta actividad, habiendo asesinos en la calle, tomándose un café no participaremos de eso; esta ceremonia debe hacerse con más audacia, ahí hubiésemos participado».
Fuente: http://www.elrancahuaso.cl
Source: Septiembre 2013