Las clínicas de abortos reclaman protección
Piden que los grupos antiabortistas no puedan concentrarse frente a sus sedes
Las clínicas de abortos piden al Gobierno que no consienta ninguna concentración a menos de 500 metros de distancia de sus sedes, tolerancia cero con los radicales que se manifiestan frente a los centros y presencia policial en actos «en principio inocentes, como el rezo del rosario, pero que generalmente acaban con intimidaciones, agresiones o daños a las cosas». Las clínicas quieren protección. Cincuenta y nueve centros celebraron ayer una jornada de paro para denunciar el acoso sistemático que sufren desde que se legalizó el aborto, hace 24 años, y que se ha agravado por la reforma que planea el Gobierno. Son las que llevan a cabo el 98% de los abortos en España.
«Los antiabortistas deben dejar de actuar impunemente», dijo ayer Santiago Barambio, presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción de Embarazos (ACAI). «El asesinato en EE UU del doctor George Tiller por practicar abortos ha pasado inadvertido en España, pero es algo que aquí también está pasando», dijo Barambio. «Todavía no nos han matado, pero un hombre prendió fuego en mi clínica hace 10 años y aún no se le ha juzgado. Ya está bien. Tenemos que empezar a decir basta y denunciar cada agresión. La realidad está por encima de lo que estos grupos quieren. Cuando se cancela el derecho al aborto se provoca la muerte de muchas mujeres. Cada año fallecen 60.000 por abortos mal hechos en países donde no está legalizado».
Los centros piden también que se instalen en las clínicas «alarmas similares a las anti-atraco bancario, para poder requerir presencia policial de forma inmediata», que las lesiones e intimidaciones que se produzcan al personal sanitario de las clínicas sean calificadas por los fiscales como delito de atentado y que los policías graben con videocámaras las concent raciones para poder identificar después a los autores de los delitos «con los que suelen acabar estos actos».
Agresiones constantes
Las agresiones, se quejan, son constantes. Ésta es la denuncia que presentó el mes pasado una trabajadora social de la clínica Mediterránea, en Castellón: «El 1 de junio, sobre las 13.00, llamó al timbre una persona (…), varón de raza blanca con el pelo tapado, alto, portando una barra de hierro en la mano, con algo punzante en uno de sus lados. Empezó a dar golpes en la puerta». El tipo no pudo entrar y se marchó, pero dejó su sello: una gran pintada con la palabra «asesino».
A la misma hora que los centros pedían ayuda al Gobierno se presentaba en Madrid la Plataforma de Mujeres contra el Aborto, formada, entre otras, por las periodistas Isabel San Sebastián y Cristina López Schlichting; las políticas María San Gil y Arantza Quiroga; Montserrat Caballé, Niña Pastori e Irene Villa.
El manifiesto, que ha recabado 30.000 firmas, niega que el aborto sea un derecho propio de una sociedad avanzada. Defiende que «eso es una inmensa mentira» y que acabar con la vida del feto es un hecho «intrínsecamente malo».
M. CEBERIO BELAZA
Fuente: elpais.com
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Source: Julio 2009