La política y el aborto terapéutico en Chile
El probable candidato presidencial del oficialismo chileno, Eduardo Frei, accedió a debatir sobre el restablecimiento del aborto terapéutico en Chile, pero la mayoría en su partido se opone a esta medida.
En un acto de campaña electoral, el senador dijo que «vamos a discutir y analizar el tema», que le habían solicitado los partidos Socialista y Por la Democracia, recordando que en Chile era legal el aborto terapéutico hasta el año 1984 y en 1989 fue derogado por el régimen militar.
Su partido, la Democracia Cristiana, en línea con la iglesia católica, no acepta ningún tipo de aborto, pero Frei reflexionó que se trata de respetar «las decisiones personales y no pretendamos arrogarnos la moral».
En entrevista con la radio local, Frei abordó este tema recordando el caso de una niña de nueve años embarazada producto de una violación en Brasil, donde la opción tomada por el padre fue el aborto, preguntando «si se puede castigar a un padre que toma una decisión de esta naturaleza».
Con esta posición, el candidato aceptaba abrir el debate de incluir este asunto en el futuro programa de gobierno de la coalición oficialista, con vistas a las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo 11 de diciembre.
Pero numerosos dirigentes democristianos le han cerrado la oportunidad a debatir este tema en el partido, que en un congreso ideológico en 2008 rechazó rotundamente todo tipo de aborto.
En muchos países, el aborto terapéutico se practica solo en caso de riesgo vital de la madre, pero en Chile está prohibido el aborto en todas sus formas, aunque sea por razones médicas.
Pese a la prohibición, según datos oficiales, los abortos suman unos 40.000 anuales, pero se estima que los que se realizan mediante prácticas clandestinas ilegales llegan a los 160.000, una de las más altas cifras de América Latina, según expertos.
Recientemente, el coordinador del Comité de Derechos Sexuales de la Federación Internacional de Ginecólogos y Obstetras, Aníbal Faúndez, señaló que en las naciones donde el aborto está legalizado no se produce con mayor frecuencia.
Confirmó que en Chile «hay una menor tasa de mortalidad materna por aborto, pero sin duda se tiene la tasa más alta de abortos de la región».
La tasa de abortos es de 50 por cada 1.000 mujeres en edad fértil, muy por encima de la que se registra en Alemania, Bélgica y Holanda, países donde esta práctica es legal y en los que, según un reciente estudio, los abortos son menores a 10 por cada 1.000 mujeres.
En Colombia y Brasil, donde la interrupción del embarazo se produce con restricciones en casos de violación o por razones terapéuticas, la cifra llega a 30 y 40 por cada 1.000 mujeres, respectivamente.
El senador Juan Antonio Coloma, líder de la derechista Unión Demócrata Independiente, comentó que le sorprendió que para «congraciarse» con los sectores de izquierda, que han planteado el aborto terapéutico como una bandera de lucha, «Frei muestre debilidad en sus convicciones».
El tema también fue criticado por la secretaria general del también derechista Renovación Nacional, la diputada Lily Pérez, quien llamó al senador Frei a no utilizar el aborto en su campaña para captar votos, con miras a las primarias de la Concertación, que se realizan el 5 de abril.
Ese día Frei se medirá al senador radical José Antonio Gómez en la primera de seis elecciones internas con vistas a definir el candidato oficialista.
Se prevé que el democristiano obtenga la victoria y se convierta en el abanderado que enfrente al empresario derechista Sebastián Piñera, quien está al frente de las encuestas.
Las leyes chilenas contra el aborto se encuentran en el Código Penal, bajo el título de Crímenes y Delitos contra el Orden Familiar y la Moralidad Pública, siendo de las más restrictivas del mundo.
Se castiga todo aborto intencional, así como los causados por un acto violento contra una mujer embarazada. También se sanciona al que practica el aborto como a la mujer que consiente en ello.
La pena por este delito es de 3 a 5 años por obtener un aborto y de 541 días a 3 años por proveer un aborto.
Las mujeres pobres son las más penalizadas por practicar el aborto, debido al riesgo que conlleva hacerlo clandestinamente, que en muchos casos concluyen en los hospitales públicos, donde son denunciadas y entregadas a la policía.
Al hombre se le libera de toda responsabilidad. (Xinhua)
17/03/2009
Fuente: spanish.peopledaily.com.cn
Source: Marzo 2009