Jazmín y su militancia a favor del aborto: "Las mujeres no somos incubadoras"
Es la primera candidata a diputada nacional por Mendoza del Partido de los Trabajadores Socialistas. Y dice que su opinión a favor de la legalización del aborto no cambiaría si fuera madre. Conocé los argumentos y sus duras críticas a la Iglesia.
Del abanico de candidatas a diputadas nacionales por Mendoza, Jazmín Jiménez (Partido de los trabajadores socialistas) es la más firme militante de la legalización del aborto. Tiene 29 años y no es madre: asegura que no hace falta vivir un embarazo para tomar postura. La experiencia que sí le ha servido para posicionarse es otra. Como docente en barrios marginales ha visto adolescentes que dejan la escuela por los embarazos, o que de un día para otro ese embarazo desaparece fruto del aborto clandestino. «Todos los años tenía dos o tres casos de este tipo cuando daba clases», aseguró en la charla con MDZ, donde culpa especialmente a la Iglesia por el fenómeno.
Si Jazmín llega al Congreso, la premisa del «aborto legal, seguro y gratuito” no se negociará para nada. Ni siquiera para promover una normativa en la que las madres que no quieran tener a sus bebés los den en adopción a algunas de las miles de familias que buscan en vano adoptar un chico. «Las mujeres no somos incubadoras», responde, seca.
-Para vos está bien el aborto, entonces
-No se si decir que está bien. Sí que es una realidad. Hay más de 500 mil abortos por año en la Argentina y muchas mujeres muy jóvenes se mueren. Nosotras planteamos que tiene que haber educación sexual en serio en las escuelas para que los chicos puedan decidir cuando son padres o madres. En segundo lugar planteamos que los anticonceptivos no son accesibles para toda la población. Con educación sexual y anticonceptivos, la tasa de abortos bajaría.
-¿No convendría en ese caso empezar por ahí, en vez de legalizar el aborto?
-Lo que pasa es que para nosotros el aborto es una cuestión fundamental y urgente, porque las mujeres se siguen muriendo. Además ya hay un proyecto de ley en el Congreso que los diputados y senadores nacionales se niegan a tratar. El proyecto es para que cualquier mujer que no quiera seguir con el embarazo, pueda ir a un hospital o una obra social y realizarse esta operación. Esto no se hace por la relación indignante del Estado con la Iglesia, que ha sido cómplice de la dictadura y es homofóbica. Y es parte de una doble moral, porque la mayoría de las mujeres que se hacen el aborto son católicas. Los que trabajamos de docentes en los barrios sabemos que las chicas que no quieren un embarazo acuden a hacerse un aborto, a pesar de lo que les dicen el domingo en la Iglesia. El Estado debe ser laico y tiene que haber una separación.
-¿Creés que el debate del aborto no se va a instalar en el Congreso en 2012?
-Tengo mis serias dudas porque Cristina ha dicho estar en contra y salió con la asignación universal para las embarazadas con un discurso totalmente en contra de legalizar el aborto. Además la presidenta está comprometida con el Vaticano y la Iglesia.
-¿Pero conviene ideologizar este debate?
-Está completamente ideologizado.
-¿No convendría abordarlo desde el punto de vista sanitario?
-Totalmente. Pero tanto los partidos como la Iglesia lo ideologizan. Nos tratan de «mujeres asesinas», ellos justamente, que han sido parte de genocidios. Nos quieren imponer sus ideas. Nosotros somos claros: no queremos que se muera una mujer más por un aborto clandestino. Yo soy atea y no me pueden imponer su ideología.
-¿Están de acuerdo con el aborto en cualquier etapa del embarazo?
-Estamos de acuerdo con lo que dice el proyecto, que es permitir el aborto hasta las 12 semanas de embarazo. Después, en el caso de que haya riesgos en la salud de la madre, apoyamos también que se haga la operación.
-¿También te oponés a que las madres, en vez de abortar, den sus bebés en adopción?
-Legalizar el aborto no obliga a toda mujer a que se lo haga. Simplemente da la posibilidad de no morirse en una clínica clandestina. Estoy de acuerdo en que la adopción es un trámite terriblemente burocrático y que hay familias que esperan años para poder adoptar. Ahora, eso no quiere decir que haya que obligar a mujeres a continuar con el embarazo y a las nueve meses, cuando paren, el niño va con otra familia. Porque la mujer va creando un vínculo con el chico. La que lo quiere hacer, hay que darle posibilidades para que su chico lo adopte una familia y no vaya a una casa cuna durante años. Pero estoy en contra de obligar a las mujeres a tener los niños como si fuesen incubadoras. No es tan frío esto, como que vos tenés un óvulo fecundado en tu cuerpo y a los nueve meses te sacás el bebé y lo das y listo.
-¿Vos no sos mamá, no?
-No soy mamá, todavía no elegí serlo.
-¿Pensarías distinto sobre el aborto si fueras mamá?
-No creo. Conozco muchas madres que piensan como yo. Se trata de creer que las mujeres tenemos derecho a decidir si queremos ser madres y cuándo. La maternidad no se puede imponer.
-¿Y como docente has tomado contacto con casos de embarazos no queridos o abortos clandestinos?
-Yo trabajé hasta el año pasado en escuelas de Las Heras con problemáticas sociales bastante graves. Estuve seis años y todos los años tenía dos o tres casos de chicas de 13, 14 y 15 que quedaban embarazadas. Algunas, sospechaba que eran producto de violaciones, aunque de esos casos nunca te terminás de enterar. Y bueno, algunas a la semana no estaban más embarazadas. Y otras seguían con el embarazo, repitiendo la historia de sus madres, algunas de las cuales a los 30 años ya eran abuelas. Ese es un problema grave también porque esas madres terminan dejando la escuela, porque en los barrios no hay guarderías adecuadas. Uno de nuestros candidatos es ajero y vemos que muchos llevan a sus chicos a los campos, para que no terminen en la droga o la delincuencia.
-No estarían dispuestos a negociar una alternativa intermedia a la legalización plena del aborto?
-No, para nosotros no, porque ningún anticonceptivo asegura cien por ciento de efectividad. Aunque eso baje la tasa, seguirían habiendo embarazos por descuido o por violaciones.
-Pero en el caso de las violaciones hay un protocolo que autoriza el aborto terapéutico…
-Existe un protocolo que no se utiliza y en Mendoza hemos visto los casos de chicas menores de edad violadas por familiares a las que no les permitieron abortar. Hace dos años, un grupo fundamentalista se instaló en el hospital Notti para darle a una chica fotos de fetos mutilados.
-¿Qué opinás de esa campaña que se conoció a través de MDZ de un grupo que ofrecía abortos en la calle, pero como señuelo para evitarlos?
-Tengo la peor opinión porque es gente que juega con la desesperación de una chica que busca una solución a un embarazo no deseado. Es gente que no tiene el más mínimo respeto por las mujeres, que creen que pueden imponerse con métodos terriblemente autoritarios. Son mentirosos, morbosos, fascistas. La Iglesia católica es lo más machista y homofóbico que hay. No quiero decir que me generan asco, porque me van a decir que soy como Fito Páez…
-Podés decir lo que quieras, pero lo cierto es que vas a tener que contar con los votos de muchos católicos si querés ser legisladora nacional…
-Nosotros somos absolutamente respetuosos de la fe de la gente. Uno de los puntos que levantamos es la libertad de culto. Sí estamos en contra de una jerarquía eclesiástica que es responsable de haber violado niños, de torturas y de desapariciones, no de la profesión de fe individual. Como pido que me respeten mi no creencia, respeto totalmente al que cree. Y desde ya pido que me voten.
Fuente: http://www.mdzol.com
Source: Agosto 2011