Embarazo en la adolescencia: un juego fatal
Un estudio demuestra que el 85% de niñas adolescentes sostienen relaciones sin preservativos
Santo Domingo.- El año pasado, Yuly, de 14 años, pidió de Reyes a su madre un juego de cocina. Hoy está embarazada y pide a su novio Eduardo que asuma la manutención de su futuro hijo. No quiere que el fruto de su vientre crezca como ella, que todavía desconoce a su progenitor.
Su caso no es el único. En República Dominicana una de cada cinco embarazadas es adolescente, según la Encuesta Endesa 2007 realizada por el Centro de Estudios Sociales y Demográficos (CESDEM), pero ella ignoraba que hoy sería parte de los números.
Con su mirada de infante entristecida, Yuly parece reconocer el error que ha cometido y con voz sollozante aconseja a sus amiguitas “que se protejan, que no caigan en lo mismo”.
“No sabía que eso pasaría, por eso no nos protegíamos”, reconoce la adolescente quien ni se enteró que en el barrio donde vive, Los Alcarrizos, el 3 de noviembre del año pasado, profesores y estudiantes realizaron una marcha en procura de que adolescentes como ella tengan una mejor orientación sexual.
Endesa muestra que 85% de las niñas en adolescencia tardía no utiliza métodos anticonceptivos, como Yuly que sólo había escuchado la palabra “preservativo” en un anuncio de televisión mientras pasaba los canales para ver los muñequitos.
Y mientras sigue contando su historia, se acaricia el crecido vientre, consciente de que en unos 6 meses tendrá ese niño en sus manos, porque solo Dios evitará que su vástago pueda nacer.
Los consejos
La terapeuta familiar Belkys Valerio, del programa de atención a adolescentes embarazadas de la Maternidad de Los Mina, considera que una de las causas del problema es que los padres dan un mal manejo al tema en el hogar, porque cuando las niñas salen embarazadas o se descubre que han tenido relaciones sexuales optan por echarlas de la casa o “entregárselas” al novio.
“Hay muchas que han tenido ideas de abortar, porque ya no las tratan igual, las sacan de los colegios y hasta el mismo novio le propone que aborte”, dice la especialista, que tiene más de 13 años atendiendo este tipo de casos.
En cambio, Yuly está cons nacer, así lo quiere. Ella ignora que de todas maneras está obligada a dejarlo que nazca, porque según la nueva Constitución, a presentarse en enero próximo, se establece “la inviolabilidad de la vida desde la concepción hasta la muerte”.
Las cifras de Endesa 2007, que se realiza cada cinco años, demuestran que la mortalidad materna es de 159 por cada 100,000 nacidos vivos. De estos, el 19% corresponde a adolescentes y son vinculados a abortos inducidos y al VIH y SIDA.
Lo que si sabeYuly es que su hijo no conocerá su abuelo materno, pues ella tampoco conoce a su progenitor, y a pesar de que vive sola con su madre “Doña Victoria”, ésta siempre rehúsa hablar de temas serios, como el de las relaciones sexuales, a pesar de que su madre también salió embarazada cuando tenía 14 años. En ese sentido, Gilka Meléndez, representante en el país del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), considera que hace falta mayor planificación y comunicación en los hogares dominicanos.
“La comunicación interna en los hogares dominicanos en cuanto a sexualidad es limitada. A pesar del drama que presenta para la joven, la familia y la sociedad un embarazo en la adolescencia, todavía la educación sexual es un tema tabú”, considera Meléndez.
Este es uno de los motivos de la alta cifra de adolescentes embarazadas que acuden a los principales hospitales del país, como el Luis E. Aybar, donde el 27% de las embarazadas atendidas en 2008 fueron menores. La directora de ese centro asitencial, Luisa Lafontaine, considera la cifra como alarmante y cree que los jóvenes deben protegerse más.
Mal social
Yuly es parte de las estadísticas, al igual que Rocío García, quien con 15 años, sin acta de nacimiento y sin saber leer ni escribir, fue la primera madre que dio a luz en 2009, el 1° de enero a las 12:25 de la madrugada, a un bebé que hoy conserva entre penurias y necesidades. La adolescente está en una situación embarazosa, pues “Eduardo” el padre de su hijo, es un joven de 20 años que dejó la escuela cuando estaba en octavo curso y trabaja como “Guachimán” en una finca, por lo que ella debe valerse de los RD$4,000 que gana su madre como ama de llaves en una casa de familia.
Es un drama que se repite con mayor frecuencia en los hog a r e s pobres dominicanos, donde el 37% de sus adolescentes están o han estado embarazadas alguna vez, contrario a las familias de mayor nivel económico, donde la cifra es de 8%, según datos de UNFPA.
Como resultado, en la escuela donde estudia el séptimo grado la cambiaron de la tanda matutina a la tanda nocturna para que no se junte con las demás niñas.
Ahora sus “nuevas” amigas son mujeres que han pasado iguales o peores situaciones que ella.
El problema tiene también un componente educativo, según el estudio Vidas Vividas en Riesgo 2007 hecho por Development Connections (DVCN), el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 42% de las adolescentes sin educación escolar o con apenas educación pre escolar tiene relaciones sexuales antes de los 15 años, muy superior al 2% de las que cursaron algún grado superior.
CONSECUENCIAS DE UNA RELACIÓN TEMPRANA
Aunque Yuly asiste pocas veces a la escuela, mantiene el entusiasmo de llegar a cumplir su sueño un día de ser una abogada, pero por ahora tiene que abogar por el sano nacimiento de su hijo y su buen crecimiento.
El sociólogo Ramón Tejada Holguín considera que las razones por las que muchas adolescentes tienen relaciones sexuales prematuramente abarcan factores como lo individual, lo socioeconómico y la ausencia de educación sexual de calidad en las escuelas.
“En lo familiar las adolescentes provenientes de familias poco comunicativas, en las que no se habla con sinceridad del tema sexual, en las que el padre y la madre no están muy presentes en el hogar y no les ayudan en su formación, existe mayor probabilidad de inicio temprano en las relaciones sexuales”, agrega el especialista, quien es coautor de textos como “Madres Adolescentes en República Dominicana 1996”.
El sociólogo explica que en las familias en que las madres han sido a su vez madres adolescentes hay una tendencia a repetirse el ciclo en la hija, aunque acepta que no todas las adolescentes que salen embarazadas viven en la misma situación familiar.
Con ello también se acarrean problemas de salud, tal como explica la ginecóloga Jocelyn Sánchez, pues las adolescentes no tienen el cuerpo preparado para una gestación y, en consecuencia, son embarazos de altos riesgos y con mayor probabilidad de presentar enfermedades, como anemia y preeclampsia.
Yuly lo sabe y acepta que la vida le cambió; casi no asiste a la escuela, las muñecas ya no llaman su atención, y tiene que asumir el papel de hija y madre, “Me da vergu¨enza, pero ya me pasó, pa lante”, dice ella, mientras habla se le humedecen los ojos y su bajo perfil la delata cuando deja caer su cuerpo en uno de los bancos del hospital donde espera su turno.
Fuente: http://www.listindiario.com.do
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Source: Diciembre 2009