De la clínica de las mujeres al Metro de Medellín
En 2009 fue presentada la propuesta de construir la Clínica de las Mujeres de Medellín. En este espacio se brindaría atención integral en salud a las mujeres de la ciudad, partiendo de sus especificidades (tanto de sexo como de género). Bajo esta concepción, allí se daría cumplimiento a la Sentencia C-355 de 2006 que despenaliza el aborto en tres casos específicos: (1) cuando el embarazo es producto de violación o incesto, (2) si hay malformaciones del feto incompatibles con la vida extrauterina, o (3) en caso de que haya peligro para la vida o salud de la mujer embarazada.
El proyecto generó tal rechazo por parte de los grupos más conservadores de la ciudad que el alcalde Alonso Salazar decidió retirarlo. Al mismo tiempo, salieron del gabinete municipal las dos secretarias que tenían relación con el proyecto: Rocío Pineda-García (Secretaria de las Mujeres) y Luz María Agudelo (Secretaria de Salud).
La semana pasada sucedió un hecho que nos devolvió seis años atrás hasta ese momento: los mismos grupos conservadores se lanzaron contra el Metro de Medellín, por la difusión de la campaña «La decisión es tuya» de Profamilia. Iniciativa privada que pretende hacer difusión y garantizar el efectivo cumplimiento de la Sentencia C-355 de 2006.
Como es sabido, las sentencias de la Corte Constitucional son cosa juzgada, por tanto son definitivas e inmodificables. Es por esta razón que la estrategia de algunos sectores para que las mujeres no podamos acceder a este derecho es poner trabas a su aplicación (como en el caso de la Clínica) y a que las mujeres lo conozcamos (como en el caso de la Campaña «La decisión es tuya»).
Afortunadamente en la polémica actual hay un panorama más alentador que el que tuvo la Clínica de las Mujeres en su momento. El mismo día que surgió la solicitud de censurar esta publicidad, el Metro de Medellín dejó claro que esta iniciativa «cumple con los requisitos legales para anunciar en el Metro», por tanto no será retirada como solicitaban los pro-vidas (o mejor llamados por una buena amiga: los anti-derechos).
Asimismo, Profamilia se ha ratificado en su decisión de continuar con la campaña. Esta entidad privada sin ánimo de lucro –que se ha convertido en la principal garante de los derechos sexuales y reproductivos en Colombia– tiene la gran ventaja de no verse obligada a ceder ante los postulados religiosos por cálculos electorales, tal como sí les toca a los políticos de este país.
Sin embargo, esto no debe hacer que se baje la guardia, pues los sectores en contra de los derechos de las mujeres tienen métodos muy eficaces para ponerle trabas a la Sentencia, entre ellos la desinformación.
Sobre la desinformación hay mucha tela para cortar. Entre las quimeras que más se difunden está que el aborto en nuestro país no es un derecho, o que si las mujeres sabemos que existe esta opción nos iremos en estampida a abortar.
El aborto en Colombia es un derecho fundamental. Así lo ha determinado la Corte Constitucional cuando consideró la despenalización de la IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) como un derecho sexual y reproductivo, que hace parte de los derechos humanos y se encuentra relacionado directamente con el derecho a la vida, a la salud, a la integridad, a la autodeterminación y a la dignidad de las mujeres.
Ahora, el aborto no es un deporte o un hobbie que pueda ganar adeptas por simple diversión, mucho menos en los tres casos despenalizados por la Corte. No conozco la primera mujer que quiera ser violada, tener su vida en riesgo o saber que su futuro hijo presenta incompatibilidades con la vida fuera del útero, sólo por poder ir a abortar y vivir esta experiencia.
También es importante anotar que el aborto es un derecho no una obligación, una mujer que decida informada continuar con su embarazo, aún estando en los tres casos, lo puede hacer y el Estado tiene la obligación de protegerla. Incluso la misma campaña «La decisión es tuya» se centra precisamente en la capacidad de las mujeres de decidir; esto implica las opciones de abortar, tenerlo y quedarse con él o tenerlo pero darlo en adopción. Cualquier decisión que la mujer tome amparada por la Sentencia C-355 es válida, desde que se haga partiendo de la información y la autodeterminación.
Definitivamente quienes estamos a favor de este derecho tendremos que hacer mucha difusión y encontrar formas creativas para hacerla.
Y dentro de esta tarea hay que denunciar fuertemente la doble moral que se maneja en los grupos ultra conservadores. Si la consigna que posicionó el feminismo para denunciar la violencia contra las mujeres fue «¡Cuidado! El machismo mata», en el caso del derecho a la IVE la consigna debería ser «¡Cuidado! La doble moral mata»; y no sólo a las mujeres, porque así como no permiten que una mujer aborte cuando su vida está en alto riesgo, son los primeros en salir a defender la guerra y a celebrar cuando un guerrillero muere.
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Tomado de blogs.elespectador.com
Source: Junio 2015