Encuesta: el 83% de los nicaragüenses están a favor de la despenalización del aborto terapéutico.
Una nueva encuesta en Nicaragua reveló que, año y medio después que el gobierno nicaragüense promulgó una ley que prohíbe el aborto bajo cualquier circunstancia, el 83% de los encuestados aún creen que el aborto debería ser legal en situaciones que ponen en peligro la vida de la mujer. Un reciente estudio demográfico también indica que, a pesar de las restricciones jurídicas, en Nicaragua mujeres de todas las clases sociales continúan buscando servicios de aborto.
La encuesta, realizada en abril por estudiantes de Maestría en Salud Pública en la Universidad Nacional Autónoma de León (UNAN-León), consistió en un muestreo de 185 encuestados entre las edades de 18 y 75, en León, la segunda ciudad más grande de Nicaragua. Además de los resultados principales, la encuesta también encontró ignorancia en gran medida respecto a las leyes de aborto en Nicaragua y el aborto en general.
En Nicaragua, las complicaciones del aborto inseguro continúan siendo una causa principal de las muertes maternas. También, cada año, muchas más mujeres sufren complicaciones de salud que con frecuencia afectan la calidad de vida de las mujeres para el resto de sus vidas. Estas muertes y enfermedades ocurren porque, al no encontrar opciones seguras, las mujeres que están determinadas a interrumpir sus embarazos buscan prestadores de servicios no calificados y peligrosos o tratamientos en condiciones de riesgo. Cuando el aborto es realizado por un prestador de servicios calificado y en un ambiente seguro, las complicaciones son poco comunes y tratables.
“Un embarazo forzado, un embarazo de riesgo, un embarazo inesperado o no planificado, en muchos casos lleva a la mujer a tomar decisiones que la ponen en riesgos, que van desde complicaciones serias hasta la muerte,” dice Marta María Blandón, director de Ipas Centroamérica.
Desde el 17 de noviembre de 2006, el aborto es ilegal bajo cualquier circunstancia. El aborto terapéutico, o la interrupción del embarazo antes de la viabilidad fetal para salvar la vida o la salud de la mujer, en el caso de malformación fetal, o en el caso de violación o incesto, antes era permitido por la ley pero difícil de obtener. En septiembre de 2007, la Asamblea Nacional de Nicaragua rechazó un voto para despenalizar el aborto terapéutico, lo cual consolidó la prohibición total en el país.
A pesar de las restricciones jurídicas en Nicaragua, las mujeres en toda la extensión del territorio nacional, de todos los grupos etarios y niveles de escolaridad, continúan buscando servicios de aborto. “Aborto Inducido en Nicaragua”, un estudio publicado en 2007 y realizado por Arnoldo Toruño, Profesor de Salud Pública en UNAN-León, posiblemente proporcione más detalles sobre los tipos de mujeres que deciden buscar estos servicios. El estudio incluía preguntas sobre el aborto en encuestas de salud reproductiva realizadas en cuatro departamentos de Nicaragua: León, Chinandega, Managua y Rivas. Un total de 16,511 mujeres entre las edades de 15 y 49 fueron entrevistadas en el año 2005; estas mujeres contestaron preguntas demográficas y sobre sus comportamientos de salud reproductiva en los últimos 12 meses.
“Este reciente estudio nos muestra entre otros aspectos importantes, cual es el perfil de las mujeres que buscan la interrupción de un embarazo, y vemos como la mayoría tiene hijos e hijas y sin lugar a duda dentro de las principales motivos para optar por el aborto, esta de base el sentido de responsabilidad de garantizar a éstos, las mejores condiciones para su futuro y su seguridad,” dice Blandón.
“Ipas Centroamérica seguirá enfocando sus esfuerzos en primer lugar a educar a las mujeres acerca de sus Derechos Sexuales y Reproductivos, al personal de salud sobre su rol para disminuir al máximo los índices de abortos inseguros, y definitivamente no dejaremos de trabajar hasta lograr que la ley permita la interrupción legal del embarazo y que sea un derecho accesible a todas las mujeres que lo necesiten,” dice Blandón.
Dado que el estudio dependió del autorreportaje de un comportamiento muy estigmatizado y legalmente restringido, Toruño estima que la frecuencia del aborto registrada en el estudio es un cálculo considerablemente menor de la frecuencia del aborto en Nicaragua (en un reciente estudio de la revista Lancet en el cual se utilizaron otras fuentes estadísticas, se calculó una tasa de 26 abortos por cada 100 nacidos vivos en Centroamérica, más de 20 veces el cálculo del estudio de Toruño).
Sin embargo, el estudio de Toruño posiblemente proporcione nueva información demográfica sobre las mujeres que buscan servicios de aborto en Nicaragua. El estudio encontró que el aborto es más común en la capital, Managua, seguida de León, Chinandega y Rivas. Un 77% de las mujeres que informaron haber tenido un aborto ya tenían hijos, mientras que un 22% no tenían hijos. El 86 por ciento de ellas estaban casadas o en relaciones de pareja; el 14%, separadas o solteras. El aborto era más común en el grupo etario de 30 a 39 años (el 36%), seguido del grupo de 20 a 29 años (el 32%), 15 a 19 años (el 18%) y mayor a 40 años de edad (el 14%). Entre las mujeres encuestadas, el 23% recibió poca o ninguna enseñanza, el 36% había terminado algún nivel de escuela primaria, el 27% había terminado la escuela secundaria, y el 14% había cursado estudios universitarios. Estos datos demográficos son similares a los datos de otros estudios realizados en Perú, México y la República Dominicana, donde el aborto también es restringido.
En vista de que aún se están realizando abortos a pesar de las restricciones nicaragüenses, Toruño concluye que las leyes del país no son eficaces. “La lección obvia es que al encarcelar a las mujeres, en vez de resolverse el problema, aumenta la tasa de muertes maternas. Por ello, es necesario encontrar mejores soluciones al problema”, escribe Toruño.
Msc. Marta María Blandón
Directora para Centroamerica
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Source: Junio 2008