Los europeos toleran el aborto pero no la infidelidad
Los europeos se sienten, por encima de todo, de su país de origen, lo que no les impide tener un grado medio de identificación con el conjunto de la UE. La mayoría de los ciudadanos es partidario de la economía de mercado, que es compatible con el papel activo del Estado en asuntos económicos.
Pero hay grandes diferencias en cuestiones como la religiosidad (muy fuerte en Grecia, Polonia e Italia y muy baja en Dinamarca y Suecia), la aceptación de la eutanasia (Dinamarca y Bélgica son los más partidarios) o la adopción de niños por parte de parejas homosexuales (Dinamarca, Suecia, Bélgica y España aprueban esta práctica, que suscita un fuerte rechazo en Grecia, Bulgaria, Polonia o Italia).
Sin embargo, hay un sentimiento universal de intolerancia a la infidelidad, un rechazo que es, incluso, más fuerte que el que suscita el aborto, según recoge el estudio European Mindset, de la Fundación BBVA, sobre identidad, visión y valores de los europeos.
Así, mientras que en una escala de aceptación de 0 a 10 el aborto recibe una puntuación media en los países de la UE de 5,2 (con extremos que van desde el 8,6 de Dinamarca y el 8,2 en Suecia hasta el 3,6 de Polonia y el 3,7 de Grecia, pasando por el 5,1 de España), mantener relaciones sexuales fuera de la pareja es una conducta claramente inaceptable: la puntuación media de la UE es de 3,4, con la paradoja de que Dinamarca y Suecia (con una nota de 3 y de 2,9 respectivamente) están en el grupo de países más intolerantes (igual que Reino Unido, Grecia y Portugal). Por el contrario, España, con un 4,3, es el país más permisivo con la infidelidad.
Evolución social
El documento, elaborado a partir de las encuestas realizadas a 21.000 ciudadanos de 14 países europeos (12 de la UE y Suiza y Turquía), refleja que algunas conductas que eran inaceptables hace unos años, como vivir en pareja sin casarse, el divorcio o ser padres solteros están ampliamente superadas, sobre todo en Dinamarca, Suecia, y Bélgica.
España se sitúa en la media de la UE (en torno al 7). Lo que todavía no acepta la media europea son las madres de alquiler, el matrimonio entre las personas del mismo sexo o la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, salvo las excepciones de Dinamarca y Suecia para estos tres aspectos. Los españoles rechazan las madres de alquiler, como la media europea, pero sí aceptan las cuestiones familiares relacionadas con los homosexuales.
Más de la mitad de los europeos (67,6%) pertenece a alguna religión, lo que determina algunos comportamientos. Con todo, más de la mitad de europeos (el 52,6%) rechaza la presencia de velos en los centros educativos, una cifra que llega al 84% en Bulgaria, 68,7% en Francia y 66,3% en Alemania.
En España, el 49,6% no los admite. Tampoco es aceptada (aunque algo más que el velo) la kipá judía (el 44,2% de europeos la rechaza, casi la misma proporción que en España). Por el contrario, la presencia de cruces es tolerada y suscita poco rechazo (el 25,7% de ciudadanos de la UE no está de acuerdo. Bulgaria, con el 59%, y Francia, con el 46,3%, son los estados más combativos contra este símbolo).
Con todo, los autores matizan que los datos no se pueden asociar a un rechazo a símbolos del Islam, sino a cuestiones culturales, que justifican la mayor permisividad con la cruz.
Tomado de: http://www.expansion.com
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Source: Abril 2010