España: Por un uso responsable de los anticonceptivos: menos aborto y más sentido común
La polémica entre el presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco, y la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, a propósito de las cifras de abortos en España no es nueva. El nuevo desencuentro se ha producido esta vez con la discrepancia sobre las causas de la disminución del número de abortos. Con independencia de que este tipo de datos suelen ser discutibles, puede que Trinidad Jiménez tenga buena parte de razón. Y, Benigno Blanco, algo, pero bastante menos.
La gestación de la llamada “píldora del día después fue manifiestamente mejorable. Para empezar, llevó las riendas Igualdad -y lo que es peor, Bibiana Aído-, cuando la lógica dicta que, al tratarse de un tema médico, la competencia era de Sanidad. Desde este periódico defendimos entonces -y sostenemos ahora- que las medidas anticonceptivas son un arma eficaz para prever embarazos no deseados y enfermedades como en SIDA. La “píldora del día después”, siempre y cuando se administre bajo la necesaria prescripción facultativa, es simplemente otra opción. Se entiende que si ha superado los pertinentes registros sanitarios es que es un fármaco seguro que ayuda de forma eficaz a prevenir embarazos no deseados.
Así las cosas, el señor Benigno Blanco no debería arremeter contra Trinidad Jiménez por hacer su trabajo. Puede que, en su momento, las formas populistas y demagogas de Bibiana Aído no fueran las más apropiadas, de acuerdo. Pero hay hechos incuestionables; el primero, que una de las consecuencias de que haya menos mujeres inmigrantes es que el número de abortos en este segmento haya disminuido -es aquí cuando Benigno Blanco tiene razón al argüir que se trata de una obviedad-, y el segundo, que la utilización de la píldora ha superado los temores iniciales para adquirir un halo de normalidad bastante positivo.
Pero el tema fundamental, que determinados sectores católicos integristas no parecen haber entendido, es que el uso responsable de anticonceptivos reduce considerablemente el número de abortos no deseados. La evidencia empírica es incuestionable y en eso tiene razón la Ministra de Sanidad. De forma tal, que estar en contra del aborto y, al tiempo, hacer campaña contra los anticonceptivos es caer en una contradicción verificable.
Tomado del editorial de elimparcial.es
Fuente: http://www.elimparcial.es/
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Source: Septiembre 2010