Brasil: Entre el avance de las derechas conservadoras y la protección de los derechos sexuales y reproductivos
Bia Galli, de la organización International Pregnancy Advisory Services – IPAS, de Brasil, participó de la IV Conferencia Regional CLACAI, Reafirmando el legado de Cairo, Aborto Legal y Seguro, con la ponencia ‘Derechas políticas: la bancada evangélica en Brasil’.
En ella, la especialista ofreció un panorama sobre el avance de los partidos de derecha conservadora y los retos e incluso retrocesos de ese país en cuanto a derechos sexuales y reproductivos.
Lima, setiembre de 2014.- “El avance de las derechas políticas en Brasil supone un retroceso en materia de derechos sexuales y reproductivos en el país”, con estas palabras Bia Galli, representante de Ipas, Brasil, inició su participación en la IV Conferencia Regional CLACAI, realizada en Lima los días 21 y 22 de agosto.
Galli ofreció un panorama sobre las implicancias del avance de las bancadas evangélicas entre los organismos estatales, políticos y de la sociedad civil en Brasil. Así por ejemplo, narró cómo estas habían logrado obstaculizar una norma que establecía el acceso a servicios de aborto seguro para los casos ya establecidos por ley. Sin embargo, el fuerte activismo de las bancadas conservadoras –particularmente la bancada evangélica- logró que se retrocediera en este aspecto. “Es indignante porque se trataba de un derecho que ya estaba establecido por la ley”, sostuvo Galli.
Del mismo modo, refirió cómo en 2013 fue aprobado un proyecto de ley que establece los derechos del no nacido, bajo conceptos que atentan contra la vida y salud de miles de mujeres del país, y su derecho a decidir. Este proyecto espera una nueva votación en la Comisión de Constitución y Justicia del Congreso.
Además de ello, explicó la especialista, se ha formado una comisión para investigar específicamente los fondos extranjeros donados a la promoción de servicios de aborto seguro en Brasil; es decir, a las fundaciones, organizaciones internacionales y de feministas que trabajan por promover los derechos de la mujer.
Solo como botón de muestra: Desde la última legislatura fueron elegidos 68 diputados y tres senadores evangélicos, y en este momento son la segunda mayor bancada temática del Parlamento brasileño.
Es mucho lo que se puede hacer con tal número de activistas antiderechos trabajando dentro de los órganos gubernamentales. Por ejemplo, Bia Galli recuerda que el Ministerio de Salud financió cursos de capacitación a un grupo de especialistas para que puedan ir a Uruguay y aprender de la experiencia de ese país en temas de atención de aborto seguro. “Pues bien, esa fue otra gran batalla. La bancada evangélica logró que se abriera una investigación para saber por qué el Ministerio de Salud estaba pagando a gente para tomar cursos de cómo realizar un aborto. Esto es solo una parte del accionar que tienen estas bancadas, pues también se oponen a la prevención de embarazos no deseados a través de métodos anticonceptivos”, comenta.
De esa manera, para las próximas elecciones de octubre en ese país el panorama se torna, también, complicado. “Se estima que por lo menos 270 pastores son candidatos, según datos del Tribunal Electoral. Además, hay una perspectiva de que la bancada evangélica crecería de 20 a 25% en las próximas elecciones. Además, todos o casi todos los candidatos presidenciales tienen algún tipo de alianza o identificación con la bancada evangélica o a asumido posturas de aceptación de estas alianzas”, explica Galli.
Un hecho que se entiende si notamos el arraigo de este sector entre todos los sectores de la sociedad, pues se trata de sectores que han logrado tener sus propios canales de televisión, emisoras de radio, servicios de atención en salud, agencias de turismos, entre otros emprendimientos a través de los cuales tienen un gran alcance y una gran llegada entre la población. Ello ha dado como resultado un crecimiento de más de 61% de la población evangélica en el país entre el 2000 y el 2010, un número que ascendería a casi 43 millones de habitantes, más de un 23% de la población nacional.
Este avance –expresa– es preocupante en el sentido de que grupos como los pentecostales, y más aún los neopentecostales, vienen criticando el laicismo del Estado, argumentando que no se puede negar la religión en el espacio público. Con ello se usa a la religión como una manera de ejercer presión política, por supuesto, en contra de los derechos sexuales y reproductivos de los ciudadanos y el derecho a la decisión de las mujeres.
Source: Septiembre 2014